A
principios de la historia de la relojería existía solo
una aguja, la de las horas, y después de ésta se sumó
la de los minutos. Pero los maestros relojeros se habían dado
cuenta de que el trascurrir del tiempo podía indicarse no solo
con el sistema analógico, sino también de manera digital,
es decir numérica. Llegados a éste punto, es importante
remitirse al clasicismo del latín y a la palabra dígitus
(dedo), pidiendo a los vocabularios una explicación más
completa.
Volviendo
a los relojes con una esfera que desde la ventanilla muestra las cifras
y que se han llamado "digitales", sabemos que han existido
desde el siglo XVII y que fue Inglaterra la que en el XIX patentó
varios sistemas de esta clase.
SECRETOS
DE LA MECANICA
En
los relojes digitales el mecanismo básico es un movimiento mecánico
de remontaje manual que ha sido modificado, aunque existen también
digitales con movimiento automático. En la parte superior del
mecanismo se coloca una última platina modificada según
que en la esfera aparezcan una o más indicaciones. En lugar de
las agujas, giran los discos sobre los que se han pintado las cifras
de las horas, los minutos y los segundos.