Sin
ánimo de reabrir un debate ya pasado (el de urgar en las entrañas de
nuestros amados relojes) no puedo por más compartir con vosotros los
breves momentos de gloria que me he permitido hace unos instantes.
Pero...
empezaré por el principio (e intentando no aburrir al respetable, ya
que si alguien vislumbra entre este texto al amigo del doctor Sugrañes,
deberá disculparme doblemente, pues después de las dos primeras, ya
estoy con la tercera novela de Eduardo Mendoza y los devaneos del simpático
personaje que en ellas mora... esto... el foro es de relojes y no de
literatura ¿verdad?)
Bien...
sigamos con el inicio, el caso es que me suscribí al curso de relojería
de TimeZone, y habiendo superado de manera aceptable el primer nivel
(consistente básicamente en familiarizarse con los entresijos mecánicos
de un reloj mecánico de remonte manual a través del movimiento ST 97)
y desmontar completamente el movimiento y volviéndolo a montar (con
pérdida del "click spring" incluida) me atreví a realizar por mi cuenta
y riesgo un "level 1 bis myself".
Compré
dos relojes mecánicos de remonte manual, de los que se decía que contenían
todas las piezas y que estaban en bastante buen estado, pero que no
funcionaban. Para más señas un Exactus y un Mortima.
Empecé
por el Exactus de 17 "jewels", quiero decir que empecé a desmontarlo.
Al abrirlo encontré que el movimiento era un FELSA 753 (que según sé,
ha pasado a engrosar la larga lista de marcas "absorbidas" por ETA SA).
El desmontaje
fue bastante fácil y creo que he descubierto el por qué no acababa de
funcionar (le dabas cuerda y el segundero giraba un ratito y se paraba)
había restos de grumos de grasa y manchas ya ennegrecidas por doquier,
al tiempo que en algún que otro piñón había claros síntomas de oxidación
o suciedad consistente.
La parte
que más se resistió (y en eso se nota mi bisoñez en el tema) fue sacar
la platina o placa base del interior de la caja. Eso requirió dejar
el desmontaje para otro día y reposar la furia contenida por no logarlo
en el primer intento.
Pero con
paciencia y a base de darle vueltas a la caja (y también al hojear el
"Practical watch repairing" de Donald de Carel) descubrí que igual que
la tapa de la caja se quita con la ayuda de una navaja, el cristal (de
plexiglas) y el aro que lo sujeta, también se separaban de la caja mediante
una ligera acción de palanca contra la misma. De este modo el movimiento
salió totalmente de su caja y pude completar con éxito la primera etapa
del "level 1 bis myself".
Estoy bastante
convencido que con una buena limpieza (realizada con cariño, paciencia
y esmero) es posible que logre reparar el desaguisado del exceso de
grasa observado.
Y bien...
aquí se acaba (por el momento) el relato del que espero poder narrar
gustoso y exitoso la segunda parte que consistirá en volverlo a montar,
para que posteriormente y como cierre de la trilogía intente engrasarlo...
pero tranquilos que para eso todavía falta!
Y como
corolario decir que el haber desmontado ambos relojes (amén del entretenimiento
manual y del tranquilo goce de ir desnudando los mecánicos entresijos)
me ha proporcionado un aumento del deseo de conocerlos al tiempo de
conocerlos un poco más. Y en mi modesta e humilde opinión cuanto más
conoces o sabes de lo amado, más aún sigues amándolo.
evalls
( www.inforeloj.com
)
Artículo
publicado en Fororeloj