Se suscitaba,
en un artículo anterior, la cuestión sobre la diferencia
que había entre aficionado y coleccionista, tan próximos,
ya que este último suele ser también lo otro, aunque no
a la inversa, y esa debe ser la diferencia.
Más
allá de uno y otro, francamente aquejado de un patología
grave está el acaparador. Pero existe también una enfermedad
benigna, salvo para la economía doméstica, que afecta
sin excepción al aficionado y al coleccionista y es más,
lo son a causa de esa enfermedad. Me refiero al “tictacolismo,
la tictacpatía o tictacdicción” y, en sus manifestaciones
más graves, al “CROC” (Compra de Relojes Obsesivo-Compulsiva).
Excuso citar aquí los síntomas porque son de sobra conocidos
por el 99 de los foristas y visitantes del foro (pues la padecen); el
otro 1 no tiene condición de aficionado ni de coleccionista y
por tanto me niego a darles cuenta de mis debilidades. La enfermedad
no tiene cura, pero sí paliativos que pueden aliviar los efectos.
He aquí algunos, todos ellos tomados de Alain Robillard, webmaster
de Chronomania :
1º
No comprar nunca una reloj nuevo pues, incluso los de alto precio, pierden
el 35 de su valor nada mas salir por la puerta de la relojería.
Y cuando trate de revenderse, para financiar la próxima compra,
ese 35 se echará cruelmente de menos.
2º
Especializarse en una clase concreta o tipo de relojes, cuyos ejemplares
a ser posible no sea muy caros, y desinteresarse del resto.
3º
Antes de comprar un reloj nuevo, cambiar la pulsera del viejo; a veces
reaviva el afecto que se tenía al reloj.
4º
No comprar nunca un reloj en lugar de otro (por ejemplo: me gusta el
IWC UTC, pero el precio es demasiado elevado para mí: bueno pues
en vez de comprarme ese, me compro el Fortis GMT, que es parecido....Se
acabará detestando el Fortis y comprando el IWC, con lo que se
habrá realizado una compra superflua y contraproducente).
5º
No comprar dos veces el mismo reloj (ejemplo: tenía un Certina,
me gustaba, pero fui perdiendo el interés por él y lo
vendí; luego lamenté haberlo vendido, olvidando las razones
por las que lo había hecho, y volví a comprar un modelo
igual, claro que más caro de lo que me costó la primera
vez y mucho más de lo que me dieron por él; pero lo peor
fue que volvieron a hacerse presentes las causas por las que lo había
vendido y volví a venderlo; por supuesto, por menos de lo que
me dieron la primera vez que lo vendí.)
6º
Nunca hay que tratar de justificarse cuando apetece comprar un reloj,
es engañarse a uno mismo (ejemplo: necesito ese reloj para ir
a trabajar, el otro para la piscina, aquél para las reuniones
de negocios y uno más para cuando salga de ligue). La realidad
es que no sirve para nada acumular relojes ni, por supuesto, existe
necesidad alguna de tenerlos para cualesquiera de los menesteres enunciados
ni para ningún otro, salvo quizá el submarinismo... ni
siquiera para saber la hora que es: sobran artilugios donde poder mirarla.
7º
Confesar a los amigos y a los parientes el precio de la última
adquisición, seguro que le toman por loco y con sus comentarios
le ayudarán a no llegar a serlo.
8º
Elegir los seis relojes que más gusten de la colección
que tenga cada uno, vender todos los demás y al final quedarse
sólo con tres.
9º
Vender todos los relojes que se tengan y pasarse a los sellos.
Artículo
publicado en el foro de sobrerelojes.com